Según fuentes al parecer bien informadas  WikiLeaks -el fenómeno mundial del momento–,  almacena en su secreta base de datos, cerca de 1, 2 millones de documentos; por tanto, lo que conocemos, es solo una pequeña parte de una colección que no para de crecer y que no sabemos muy bien cuantos volúmenes terminará ocupando.

Los últimos cables en salir a la luz, hablan de la visión que se tiene del Vaticano en la representación diplomática norteamericana ante la Santa Sede. No voy a entrar a valorarlo, recomiendo al respecto la lectura del post publicado en La Iglesia en la prensa, y la declaración que hizo ante los medios el Padre Lombardi; tampoco voy a hablar de las dificultades en comunicación que tiene la Iglesia, que por otro lado el mismo Papa reconocía en su reciente libro-entrevista;  por mi parte solo quiero compartir la pequeña reflexión que me ha sugerido esta nueva filtración. ¿A dónde quiero ir? , un poco de paciencia.

En los últimos años, nos hemos ido acostumbrando a ver  como famosos y desconocidos hacen públicas sus verguenzas, muchos por propia voluntad, algunos en contra de la suya. Nos hemos asomado con auténtico morbo a espectáculos pseudo-científicos donde la vida de un grupo de personas se recrea de modo artificial para que la audiencia sadisfaga su curiosidad a través de la TV  y así tengan la sensación de estar mirando a sus vecinos a través de una pequeña ranura en la pared; algunos, después de explotar esa relación en beneficio propio, no han podido dar marcha atrás y el personaje ha suplantado a la persona hasta el punto de hacerla sucumbir en directo ante toda una audiencia espectante…Digamoslo sin rodeos , ¿el actual estado de los medios refleja nuestra realidad social o más bien la pervierte? 

¿Y WikiLeaks? Pues no sería lo que es sin Internet,  e internet no existiría sin el empuje tecnológico de los EEUU que paradojicamente está siendo atacado con su propia criatura.  Aunque también están jugando un papel importante los demás medios, es la red, que une en sí las posibilidades de todos, la que está siendo determinante en esta historia, y por primera vez está mandando sobre todos los demás; una red, que no resulta de la suma de  posibilidades comunicativas; si no que contando con ellas,  se transforma en  algo nuevo; eso es posible, porque permite entre otras cosas que  interactuemos, y el resultado de esto viene a ser algo mucho más imprevisible y poderoso.

WikiLeaks, juega con esa curiosidad voraz que los medios han alimentado y con la capacidad de comunicar que esos mismos medios tienen. Por eso auguro que estamos solo al principio de un fenómeno de consecuencias impredecibles. 1, 2 millones de documentos –y creciendo–, son una cantidad ingente de información a la que no se va a dar la espalda.